El último de los Judíos

Bellisha es un buen chico judío. Es un joven de 27 años de pelo rizado, enclenque y despreocupado que intenta convertirse en adulto. Sigue viviendo con su madre, Giselle, en un barrio pobre. Tras el cierre de la última sinagoga, le toca echar el cierre a la última tienda de comestibles kosher. Se acabó, son la última familia judía de la zona. Pero, para consternación de Giselle, Bellisha no tiene muchas ganas de irse. Se encuentra a gusto en su casa y sigue siendo optimista, a pesar de las tensiones que surgen en la comunidad y de que la salud de su madre se deteriora rápidamente.